evam
l o
l s
Por la vida un equipaje liviano,
cabe en el alma. Solo las cosas
que nunca olvidamos porque
si lo hiciésemos sería como ha
ber perdido nuestros espíritus.
pa lo de dos al re... ... Un ñue recuer ai ... ondea como una cometa atada al dedo y nos sigue. Y en los flecos de su punta allí, casi al final (y principio) está Buyé.
Mirándonos el mar y yo me sorprendió la poesía…
Sabíamos unas cuantas cosas…
que mil cobitos cabían en la mano…
Y que al atardecer el Sol se bañaba en el mar…
Y cerca de allí había un paisaje lunar…para jugar…
En ese pequeño universo habían tres o cuatro casitas rústicas y unos niños que en la noche se iban a dormir oliendo a sal
y escuchando la nana del mar…
En la arena, que era tan blanca
hacíamos castillos, y un día
una puerta, que nos trajeron las olas , jugó con nosotros:
le pusimos Yerba…
Y el mar se reía…
No habían lujos, teníamos que llevar el agua, pero se desbordaban las noches estrelladas, los millones trocitos de arena brillaban y nos llenaba el oído el constante concierto del mar.
Un día, sin darnos cuenta, llegó la ola del tiempo
y los mil caminos nos dispersaron…
Después, cuando nos hicimos grandes, aprendimos lo que significa añorar…